Los certámenes de belleza siempre han provocado una gran fascinación, por motivos obvios. Reunir a tantas mujeres hermosas en un mismo lugar, compitiendo por ver quién es no solo la más linda, sino también la más preparada para llevar esa corona, es algo siempre especial. De hecho, en muchos países estos concursos de belleza se dan a edades muy tempranas, siendo las concursantes tan solo niñas, menores de edad que buscan cumplir los sueños de sus madres. Aprenden talentos, resaltan su carisma… Para muchos, esto supone una auténtica obscenidad, una explotación infantil encubierta, hasta el punto de que estos certámenes con menores han sido repetidamente denunciados. Se ha llegado a asegurar que en algunos de ellos han sexualizado a menores, con todo lo que eso significa, y en una sociedad como la actual, este tipo de eventos ya no tienen cabida. De hecho, ya hay una parte de la población que incluso ha mostrado su descontento con los concursos de belleza tradicionales.
Estos están bajo la lupa del nuevo feminismo y las nuevas corrientes sociales, en tanto que se considera que las mujeres, en estos concursos, son tratadas solo como objetos sexuales. Si bien se sabe que los certámenes de belleza ya han evolucionado bastante en los últimos años, y hay diferentes formas de valorar a las concursantes, más allá de su físico, este sigue siendo el valor inconfundible de estos eventos. Para muchas mujeres, juzgarlas solo por su apariencia ya es motivo suficiente para que se acaben este tipo de concursos. La popularidad de estos certámenes ha caído en picado de un tiempo a esta parte, y la cosa parece ir a más, porque se están descubriendo numerosos escándalos alrededor de este tipo de concursos. Siempre ha habido rumores de favoritismos, de enchufes e incluso de tratos de favor a cambio de ciertos servicios por parte de las chicas. Habladurías que en muchos casos solo tenían como objetivo derribar a la organización de estos concursos, por el motivo que fuera. Sin embargo, tal y como se destapó hace unos años en Venezuela, tal vez estos chismes no estuvieran del todo equivocados, al menos en el certamen de belleza nacional.